Regresar el Tianguis Turístico a Acapulco, el puerto que lo vio nacer, es una decisión trascendente que acepta lecturas múltiples a diferentes niveles. Puede ser una acción destinada a que la secretaria Ruiz Massieu tenga el reconocimiento y aprecio de la comunidad empresarial y los habitantes del puerto. Esto le sería, se calcula, útil a la hora de que el PRI resuelva el nombre de su candidato, o candidata, para la gubernatura del estado. No tendría en mi opinión nada de malo. Los políticos, con sus decisiones, buscan la aceptación de los ciudadanos que gobiernan, o de los que aspiran a gobernar. Podría ser un gesto de camaradería del presidente Peña Nieto hacia del gobernador Aguirre, que son buenos amigos. Que el mandatario aceptara ser representante de la oposición en las pasadas elecciones no afectó, por lo que se ve, ese lazo.
No obstante, reducir la decisión a un acto anticipado de campaña o a un espaldarazo del presidente a un amigo en problemas, sería borrar de un plumazo el entorno en el que se tomó la decisión de sacar al Tianguis de Acapulco y también las circunstancias actuales que obligan a darle una nueva oportunidad. Se trata, en el fondo, de una decisión de seguridad nacional relacionada con el objetivo gubernamental de recuperar territorios que han estado en poder del crimen organizado, vulnerando la presencia del Estado mexicano. Es cierto de que volver itinerante al Tianguis obedeció a varios factores, entre ellos la demanda expresa de los compradores, que son los protagonistas centrales del evento, pues para ellos se organiza, pero también es verdad que la crisis de seguridad que se abatió sobre el puerto hacía insostenible que un evento de esas características se realizará ahí.
Como muchos otros colegas integrantes de la “fuente” de turismo estuve en Acapulco en lo que sería la última edición del Tianguis. Además del obvio deterioro de la infraestructura hotelera, el abandono vergonzoso del centro histórico, los episodios de violencia no se detuvieron ni siquiera por la presencia masiva de policías y periodistas. Las bandas criminales actuaron sin pudor alguno. La tensión fue inocultable. Aún así, la decisión de sacar el Tianguis resultó controvertida, pues varias voces dijeron en su momento que era una forma de capitular, de aceptar la incapacidad gubernamental para defender la plaza y a sus visitantes nacionales y extranjeros. Pero el Tianguis salió y comenzó su etapa itinerante que ha arrojado resultados interesantes. Por lo pronto generó gran entusiasmo en los destinos que comparten la Bahía de Banderas y en Puebla, las dos anteriores sedes. El año que entra se llevará a cabo en Cancún, un destino habituado a los grandes eventos que no tendrá mayores problemas en la organización, siempre y cuando el gobernador y el subsecretario hagan las paces.
El Tianguis estará de vuelta en Acapulco. Hace unos días, la secretaria Ruiz Massieu y el gobernador Aguirre encabezaron la ceremonia de instalación del Comité Organizador del Tianguis 2015. No hay vuelta atrás, después de cuatro años el evento regresará a Acapulco. La secretaria reconoció la importancia del puerto y auguró que gracias a un trabajo coordinado entre la federación del estado se logrará el posicionamiento del puerto. El objetivo del Tianguis, plataforma de negocios, promoción y un mega operativo de relaciones públicas, es ofertar los principales destinos turísticos a nivel nacional e internacional, incrementar los flujos de visitantes y la derrama económica.
La decisión política está tomada. Acapulco será sede del Tianguis en el 2015 y tal vez en el 2017. La comunidad empresarial del puerto y los habitantes del estado de Guerrero tienen que hacer su parte. Para la entidad y para el país es de importancia vital que Acapulco tenga éxito turístico para mantener la estabilidad social en la región que está prendida de alfileres. Hay que hacer un trabajo político intenso, de fondo, para que maestros y normalistas no hagan de las suyas en la Autopista del Sol y para que aquellas fechas la policía estatal y municipal, ya renovados, sean capaces de brindar protección y no actúen como sicarios al servicio del narco. Acapulco merecía una segunda oportunidad. Que no la desaproveche.
@juan_asai
Opinión de
(Juan Manuel Asai)
nota: http://www.cronica.com.mx/notas/2013/757125.html
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