Con la poesía del maestro Rubén Mora Gutiérrez: COSTA y LA POTRANQUITA, presentamos a las candidatas del certamen Feria de La Palmera 2013.
Costa jocunda y risueña
como puede ser la costa,
mujer de cintura angosta,
de ardiente carne trigueña,
dentro de tu alma costeña
plantó su feria la vida,
tu sangre es llama encendida,
tu carne es carne de anona;
güeles como hembra sazona
bañada de agua florida.
Ivette
Un cielo hay en tus ojeras
y de tu pecho bendito
mana el licor exquisito
que producen las palmeras.
Ana Betsi
Tejieron las primaveras
tus enaguas de esmeralda
e hicieron con la guirnalda
de una y otra florecilla
un tápalo de Sevilla
que te abraza por la espalda.
Salma Yaneth
Entre tus labios maduros
la chilena se alborota,
y la alegría se te bota
de los ojazos oscuros,
Yaritza
bailas bailares impuros
amas impuros amores,
y en tus besos impostores
de sabor indefinible,
hay un sabor imposible
de un fandango de sabores.
Katia Monserrat
Costa valiente y bizarra
tierra de fiesta y boruca,
donde el macho se acurruca
junto a la hembra que lo amarra
Angelisa
y arranca con su guitarra
blancos luceros del cielo
en la noche de tu pelo
son flores de palo de arco
encajadas en un marco
de fondo de terciopelo.
Laura Leociris
Costa de sangre mulata,
de toros, naipes y gallos,
de amores y de caballos,
en que derrochas tu plata,
Noema Jaqueline
tu tienes una piñata
de cosas de gran valía
pero ninguna podría
reproducir más emociones
que el cantar de tus canciones
y el reír de tu alegría.
Yamilet
Yo quise lazar a una
linda potranquita ingrata
en una noche de luna
y por mi mala fortuna,
se me hizo coca la reata.
Stephany
Potranca de mis amores
que no pude manganear,
por que hubo otros lazadores
que mas listos y mejores
me ganaron a lazar.
Tania
Yo quise ser el primero
que te pusiera la silla;
pero nunca falta un pero
que haga un cuatro tan cuatrero
de una cosa tan sencilla.
Maria Guadalupe
Ya no me podrán tumbar,
preparando, tus ojos,
ni podré ya disfrutar
del placer de cabalgar
sobre el andar de tus ojos.
Anali
Y aunque he vivido muriendo
por tu carita de cielo,
como lo has venido viendo,
¡si en mi vida hay un remiendo,
los dos quedamos al pelo!
Diana Karina
Y yo, que entre lazadores
para mi mal te dejé
potranca de mis amores,
como otros son tus señores,
justo es que camine a pie!
Potrancas de mis amores.
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